Seguridad en la piscina: lo que necesita saber para una temporada de natación segura

El año escolar está llegando a su fin, el verano está a la vuelta de la esquina y eso significa que más niños están chapoteando en las piscinas, ya sea en un patio trasero, en un campamento de verano o en las piscinas de los centros recreativos.

Sin embargo, junto con la diversión, están los peligros muy reales de ahogarse y otras lesiones relacionadas con la piscina. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, mueren más niños de 1 a 4 años por ahogamiento que por cualquier otra causa de muerte.

La sala de prensa de Cedars-Sinai habló con Amal Obaid-Schmid, MD, directora médica de Trauma Services en Huntington Health, una filial de Cedars-Sinai, sobre cómo mantener seguros a los niños bajo su cuidado este verano.

Cualquier propietario de una piscina debe, ante todo, asegurarse de tener una cerca de al menos cuatro pies de altura alrededor de su piscina.

Si habrá niños o nadadores sin experiencia en la piscina, es muy importante contar con la supervisión de un adulto. Creo que pedirle a otro niño que cuide a su hermano, por ejemplo, no es adecuado. Necesita un supervisor que sea un adulto, que no se distraiga con su teléfono celular, o una llamada telefónica dentro de la casa, o una conversación con otro adulto, que realmente se tome ese papel muy en serio. No dejar de mirar al niño es enorme porque puede ahogarse en un instante.

Tenga una variedad de dispositivos de flotación dentro y alrededor de la piscina, incluido un chaleco salvavidas, pero también fideos flotantes o una tabla de remo que una persona que se está ahogando pueda agarrar para ayudarla a salir de la piscina rápidamente.

Tenga un teléfono celular en el área de la piscina para que pueda pedir ayuda de inmediato. Y los adultos que participan en actividades en la piscina deben aprender RCP básica.

Coloque a la persona boca arriba y levante suavemente la barbilla e incline la cabeza hacia atrás.

Pellizque su nariz y coloque su boca con fuerza sobre su boca y administre dos respiraciones cortas. Luego comience las compresiones torácicas, colocando una mano sobre la otra y colocándolas sobre el esternón del paciente y administrando 30 compresiones. Empezar de nuevo con las dos respiraciones y compresiones hasta que el paciente empiece a respirar.

El tiempo es crucial, así que solicite ayuda y comience a administrar RCP lo más rápido posible.

En el Departamento de Emergencias, vemos lesiones importantes en la cabeza y la médula espinal que provienen de un buceo imprudente, y esto sucede más entre los adolescentes y adultos jóvenes.

Para evitar lesiones al bucear, asegúrese de que los asistentes a la piscina solo usen trampolines existentes que estén diseñados para sumergirse en aguas profundas. Vemos lesiones catastróficas por zambullirse desde lugares inseguros como techos o patios, o por zambullirse de cabeza en aguas poco profundas.

Muchas de estas lesiones están relacionadas con el alcohol. El alcohol y la natación no se mezclan. Su riesgo de ahogarse o casi ahogarse aumenta 37 veces cuando consume alcohol mientras nada.

El ahogamiento en seco es cuando ha tenido un evento de casi ahogamiento que provocó que el agua entrara en sus pulmones y eso estimula lo que se llama laringoespasmo. Lo que eso significa es que sus vías respiratorias están básicamente cerradas, por lo que no está recibiendo suficiente oxígeno y esto puede ocurrir desde varias horas hasta 24 horas después del evento.

Los signos pueden ser sutiles y pueden presentarse como tos, vómitos, no poder hablar o simplemente no verse bien. si esto sucede, debe ir al Departamento de Emergencias o llamar al 911 de inmediato. Aunque es muy raro, el ahogamiento en seco puede ser fatal.

La clave para una experiencia de piscina divertida y segura es la prevención. Si tiene el equipo de seguridad adecuado y la supervisión adecuada, puede prevenir la mayoría de las lesiones y ahogamientos relacionados con la piscina.

Lea más en el blog de Cedars-Sinai: Problemas respiratorios comunes en los niños y cómo tratarlos